martes, 21 de abril de 2009

Mil espinas

El chico se encontraba tumbado en su cama, sin hacer el más minimo ruido, como si siempre hubiera estado alli. Su imagen se perfilaba en el reflejo de las aspas del perezoso ventilador del techo, que giraba con lentitud y hastio, como si el tiempo fuera ralentizandose poco a poco sin remedio. El chico no lo observaba. Simplemente clavaba sus ojos en el vacio, con una expresion digna de una estatua. Unos rayos de luz se colaban por la ventana, iluminando levemente la camiseta negra de "bullet for my valentine's" que le quedaba tan grande. Al chico le gustaba llevar ropa ancha. Disimulaba su cuerpo poco cuidado y debilucho, le hacia sentirse protegido ante las miradas indiscretas de aquellos que no habían pedido permiso para juzgarle

Alguien llamaba al telefono. El sonido se propagaba por el lugar como si se tratase de una plaga de insectos, invadiendo cada recodo sin piedad, y taladrando la oreja del chico, que, al parecer, no se daba cuenta de lo que ocurría. Sonó una, dos, tres, cuatro, y hasta siete veces, luego, saltó el contestador. Una voz femenina hablo con inseguridad, como si tuviese miedo de que la comunicación se fuese a cortar en cualquier momento. Su voz era suave, pero el telefono la distorsionaba hasta convertirla en un pequeño zumbido molesto, uno de esos sonidos con los que no te gustaria despertarte por la mañana

"Oye, estas ahi?"

Silencio

"Si estas ahi, por favor, responde... Necesito hablar contigo..."

Silencio

"..."

Silencio

"¿Por que no respondes a mis llamadas? No puedo seguir así. No puedo. Necesito hablar contigo, pero es como si hubieses desaparecido. Se que hice mal, y no hay excusa que valga. Pero..." La voz se quebró. Durante unos segundos, dió la sensación de que iba a colgar

Entonces siguió

"Te quiero. Se que tu también me quieres. ¿No es eso suficiente?" La voz estaba sollozando

Silencio

La voz desapareció, y se oyó un sonido abrupto y seco, que indicaba que no había nadie ya al otro lado de la línea. El chico suspiro, el primer signo de vida en varias horas, y luego se incorporó, sentandose sobre la cama. Se sujeto la cabeza con las manos, luego cubrió su rostro con estas

Durante unos segundos, pareció que de nuevo, el mundo se detenía

Luego, el chico comenzo a sollozar

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