Cuando llegaron a su destino, Kepax no pudo evitar detenerse unos segundos. Ninguno de sus compañeros parecía atreverse a abrir la puerta, como si dentro hubiera algún dragón de leyenda esperando devorarles. El silencio reinó en el ambiente unos segundos, y, al final, Kepax tomó la iniciativa
-Vamos, chicos. Ahora, o nunca
Con lentitud, casi con ceremonia, empujó el picaporte y observó como las bisagras giraban lentamente. Delante de ellos se mostró un jardín de un tamaño respetable y de forma circular. El centro del gremio. El único punto de encuentro entre los estudiantes y aprendices de las distintas disciplinas que allí se impartían. Normalmente solía estar vacío a estas horas, pero, debido a la fecha señalada, ya se habían formado algunos grupillos de personas que cuchicheaban nerviosas. En medio del jardin, junto a la fuente tallada en piedra, que representaba a cuatro personas, cada una de ellas ataviada según las disciplinas del gremio (magos, guerreros, clérigos y estudiantes), un hombre observaba a Kepax y a sus compañeros con expresión indiferente. Antes de que estos reaccionaran, ya andaba en su dirección, y se plantó frente a ellos, repasandoles con la mirada con lentitud
-Para el exámen de guerreros, supongo
Los cuatro asintieron en silencio
-Dadme vuestros nombre- Continuó con voz monótona, como si todo el asunto le resultase mortalmente aburrido -Y Kepax no dudaba de que así fuera-
Uno a uno, los cuatro jovenes se fueron presentando. Cuando acabaron, el hombre apuntó varias cosas en un pergamino, y acto seguido se lo guardó en la túnica
-Podéis esperar aquí, mientras se prepara la prueba y llega el resto de aprendices. No arméis escándalo, la mayoría de vuestros compañeros aún duermen
Acto seguido se dió la vuelta y volvió junto a la estatua. Kepax se quedó unos instantes observandole, con los ojos entornados, pero luego se dio cuenta de que Yiltha le miraba de forma inquisitiva
- Eh... Eh??? -Murmuró, saliendo de su abstracción
-Te preguntaba si conocías a alguien
Kepax dió un repaso al jardín. Unos cuantos magos de aire, y alguno de agua, habían aprovechado para madrugar, y practicaban en silencio sus hechizos o murmuraban nerviosos junto con sus compañeros. Los estudiantes también habían madrugado, y parecía que estaban todos los que ese día se examinaban. A Kepax no le extrañaba: Los estudiantes eran bastante meticulosos y ordenados para su gusto. No sería de extrañar que tuvieran todo programado para ese día, incluida la celebración para los que aprobasen, y las palabras de consuelo para los que no pasarán la prueba, al mínimo detalle. Al igual que tampoco era muy extraño suponer que habrían sido los primeros en llegar, probablemente más de media hora antes de la prueba
-No demasiados. Ya sabes, conozco a alguna maga que otra- Kepax sonrió involuntariamente - Pero son todas un año o dos menores. No creo que ninguna este aquí
Yiltha se encogió de hombros, y comenzó a juguetear con un mechón de sus rizados cabellos. Teodor, a su lado, no dejaba de temblar
-Eh- Dijo Kepax acercandose a su pálido compañero -Que tal una pequeña pelea de prueba?
Teodor pareció palidecer aún más. Kepax había intentado animarle, pero parecía que el simple hecho de oir la palabra "pelea" le había puesto más nervioso. Helkin, riendose, le posó una mano encima del hombro a Kepax
-Déjale que se calme, si no, temblará tanto durante la prueba que parecerá estar a varios grados bajo cero. Yo combatiré contigo
Kepax soltó una carcajada
-Por favor, Helkin. Sabes que no durarías ni un asalto
Su compañero sonrio con malicia
-No me pareció tan arriesgado cuando luchastes el otro día contra Yiltha...
-Eh, eso no es justo- Dijo Kepax- Yiltha tenía ventaja. A quién se le ocurre realizar un combate sobre un suelo tan frágil? Ella pesa menos...
-Estoy seguro...-Respondió Helkin con una mueca burlona
Yiltha optó por ignorarles. Parecía pensar en otra cosa
De repente, una puerta se abrió, y varios jóvenes entraron en el jardín. Iban ataviados con ropajes blancos, y charlaban animadamente entre ellos. El organizador, al reparar en ellos, se acercó a su posición
-No sabía que los clérigos realizaban la prueba con nosotros- Comentó Yiltha, sin mudar su expresión
-De vez en cuando no hacen ni prueba. Ya sabes, es una división del gremio tan extraña como la de los estudiantes- Respondió Kepax -En fin... Donde nos habiamos quedado?