Camino por una senda sin fin, interminable, incansable, indiferente a lo que pasa a mi alrededor. La arena del camino se mezcla entre mis pies descalzos, pero no lo siento. Mientras, a mi alrededor, sopla una alegre brisa que augura peores tormenta o claros soleados, no lo se. Por ahora, es agradable, asi que cierro los ojos y siento como mis cabellos se mecen en el viento, en un caos tan armonioso como caprichoso. Siento como mi cuerpo entero adquiere la brisa, la acepta, y la vuelve a soltar por detras, haciendo que roce mi piel, mi alma... Pongo un pie detras de otro, sin parada, sin descanso, sin cansancio. Veo rocas, veo arbustos, veo carreteras, caminos, lagos, rios, bosques, montañas, cuevas, arcenes, ciudades, y no me detengo. Sigo caminando por encima de la verde y fresca hierba, por encima de la seca y arisca arena, por delante de ningun lugar y en frente de ningun sitio. Encima mia, el cielo. Debajo, la tierra, y mis pies. Junto con ellos, plantas, animales, y toda clase de seres animados que evitan mi presencia segun me acerco a ellos. Por encima, personas, titanes, monumentos, nubes, y edificios. A mi altura, yo. Yo y solo yo. Algunos por encima, otros por debajo, pero yo solo aqui, en estos lares, caminando sin parar, sintiendo la brisa junto a mi
Llego al mar. Me detengo, y sujeto con fuerza mis zapatillas, situandome en la arena, al borde del mar, mientras las olas van acercandose, perezosas aunque imparables, hacia mis pies. No me muevo cuando el agua llega hasta mis dedos y los recubre, limpiandolos y llenandolos de arena al mismo tiempo. Miro al horizonte, y veo una linea curva, una linea inacabable, impensable para cualquier persona racional, infinita, y sobrenatural. Separando el mar del cielo, separando el camino del objetivo. Camino por la playa, sintiendo la agrable sensacion de estar inmerso en el agua, en el mundo, en lo que soy, y en lo que he sido. A mi alrededor, solo suenan mis pasos, nada mas. Mis pasos y las olas, que acompañan el sonido repetido del toc toc con sus chapoteos y explosiones, con sus golpes y su espuma. El viento deja de mecer mis cabellos, y estos por fin se colocan como deberian estar. No me gusta, asi que me acerco a donde hay mas profundidad, e introduzco mi cabeza dentro del agua, hasta que estan totalmente mojados. Depues, sacudo violentamente mi cuerpo, como si de un perro me tratase, y las gotas de agua me rodean por un momento, como estrellas cristlinas rodeando al Dios Sol. Mi camiseta se moja. Mis pantalones cortos tambien. Pero yo sonrio, libre
Sigo caminando. Y me acerco a acantilados, a muelles, a barcos, a bahias, a rocas, a playas llenas de piedra. Me encuentro con varios viajeros a mi paso, y les saludo con una sonrisa en la cara. Algunos me responden con la misma sonrisa, otros incluso me abrazan, otros se paran a hablar conmigo, y muchos otros pasan de largo sin siquiera mirarme. Me encuentro tambien con muchos otros que se han tirado en la arena a descansar, y con otros que han construido casas cerca del mar. Les saludo tambien, y algunos cierran sus puertas, mientras que otros me invitan a pasar. Rechazo sus invitaciones con cortesia, alegando que todavia me queda mucho para mi destino. Miento, por supuesto, porque, a diferencia de la gran mayoria, yo no tengo destino
Llego al final de la playa. Mas alla, el camino es infranqueable. Pero yo me adentro en el, y por poco estoy a punto de morir. No he entrado con algun motivo, simplemente he entrado porque he querido entrar. Viajo por esos acantilados tortuosos, imposibles de atravesar, y al final llego a un punto en el que caigo. Logro agarrarme a una roca punteaguda, y me araño los brazos y las piernas intentando subir. Mi camiseta se rasga por varios puntos, y la sangre empapa mi cuerpo. Pero logro recomponerme, y sigo andando. Mis pies son torturados por el duro y frio contacto con la roca, y poco a poco comienzan a pedir de nuevo esa calida y comoda arena de antes. Todo mi cuerpo ansia por volver, pero yo sigo adelante. Pues se que alli quizas habra algo, y que quiero ver que hay mas alla. Caigo varias veces. Las olas comienzan a subir cada vez mas, a golpear con furia contra las paredes del acantilado, y yo me tengo que agarrar fuerte a una de las rocas para no resbalar. Entonces uno de mis soportes cede, y caigo poco a poco, hasta golpear con otra roca. El golpe es tremendo, y pierdo el conocimiento por unos segundos. Cuando lo recobro, me cuesta recordar donde estoy, pero cuando lo consigo, decido seguir adelante. Me doy cuenta de que me he roto varias costillas, y andar se hace doloroso hasta un nivel que casi no puedo soportar. Entonces, cuando agarro un asidero, una roca cae desde arriba del acantilado, y golpea mi brazo, haciendo que este se doble en una posicion antinatural. Grito de dolor. Con un solo brazo, y utilizando mis ultimas fuerzas, logro llegar a una roca lo suficientemente grande como para descansar contra la pared unos instantes. Pero entonces comienza a llover. Y una tormenta comienza a escupir furiosos rayos contra las paredes de piedra, realizando destruccion y muerte a su paso. El nivel del agua sube, y por poco me veo atrapado por una gargantuesca ola que se cierne sobre mi cabeza. Oscurece, y, con el brazo aun roto, intento agarrarme a algo. Pero no hay nada. Y caigo... Caigo...
Me despierto con la sensacion de haber dormido años. Estoy en una de las casas que vi antes, junto a una mujer que me sonrie desde una silla de madera. Tumbado en una pequeña cama hecha con juncos, y rellena con plumon para hacerla mas confortable, me levanto y estudio mejor sus rasgos. No es especialmente bella, pero la luz que entra por la ventana la hace parecer un angel. Me dice que me encontro tirado en la playa, despues de haber flotado a la deriva en la tormenta, y que es impresionante que haya sobrevivido en alta mar tantas horas. Yo siento un dolor de cabeza impresionante, y me sorprendo al ver que mi brazo y mi torax estan vendados
La mujer me cuida durante unos dias, hasta que estoy recuperado, y despues me ofrece quedarme junto a ella. Yo la ofrezco venir junto a mi. Pero ama demasiado ese lugar como para viajar, asi que eso supone el adios. Me despido de ella con una sonrisa, tras prometerle por mi honor que si algun dia me necesita ire corriendo, donde quiera que este, porque gracias a este favor, mi vida ha quedado atada a la suya. Ella rie y me llama tonto cariñosamente, antes de abrazarme, y de asegurarme que lo hizo porque quiso, y que por tanto, no la debo nada. La ofrezco a venir una vez mas conmigo, y ella me ofrece quedarme. Como no vamos a llegar a nada, me alejo de alli, mirando para atras hasta que la casa se pierde en el horizonte. Y todo ese tiempo, puedo ver la figura de la mujer de pie, escrutando la lejania para observarme, probablemente sonriendo, al igual que yo
Sigo mi camino. Vuelvo a dejarme guiar por el viento. Salgo de la playa, y me introduzco en un bosque. Voy donde mis pasos me llevan. Como cuando tengo hambre, duermo cuando tengo sueño, canto cuando lo deseo, me paro cuando estoy cansado, y hablo con los que me encuentro. Ando por andar. No se que busco, y tampoco me importa. Mi ruta se va dibujando segun camino, y es totalmente espontanea, sin planificacion anterior. Me dejo guiar por mis instintos, por mis sentimientos, o simplemente, por lo que diga una moneda o una brujula ya cargada de oxido. Soy un viajero sin hogar, sin religion, sin prejuicios, sin destino, sin objetivos. Soy un viajero caotico, unico, un alma libre, un buscador de algo que no conozco, un ave suelta en el aire. Intento encontrar algo, da igual el que, y nunca doy marcha atras
Soy un viajero. Un viajero errante