Un estrecho torrente de luz cruzaba por la ventana para adentrarse en los dormitorios de piedra, iluminando debilmente los camastros apilados contra la pared, y las figuras abultadas que se revolvian incomodas, aprovechando los ultimos minutos que les quedaban entre el sueño y la vigilia, ese maravilloso momento en el que la mente aun no ha vuelto al cuerpo y en el que, sin embargo, puede regodearse en la maravillosa sensacion del breve y corto descanso. Solo cuatro figuras estaban ya de pie, terminando de vestirse, y recogiendo sus objetos personales. Sus perfiles se recortaban en la penumbra, pero sus ojos, acostumbrados a la luz, parecian ver perfectamente cada detalle. Ninguno hablaba, y sus movimientos eran bruscos y torpes, aunque parecian poner el suficiente empeño para no despertar a sus compañeros. Obviamente, estaban nerviosos
Kepax no pudo evitar lanzar una ojeada a Helkin mientras se colocaba las hombreras de cuero en los hombros. Hoy no llevarian proteccion adicional alguna, a parte de esas ligeras capas casi inservibles. Entrabas a la prueba con lo minimo, y, en muchas ocasiones, incluso te lo arrebataban y debias realizarla con apenas una tela para tapar tus partes mas intimas. Helkin devolvio la mirada a Kepax, y alzo las cejas. Luego, sus ojos se desviaron rapidamente hacia Teodor, aunque solo fue un segundo. Kepax no dudo de que habia sido un gesto involuntario. Si bien todos pensaban lo mismo, ninguno se atrevia a decirlo, o siquiera a sugerirlo: Teodor iba a fallar. No estaba preparado. Era demasiado joven aun. Y sus compañeros, tanto los que ese dia realizaban la prueba con el como los que no, estaban preocupados por el. La prueba podria llegar a resultar peligrosa algunas veces, sobre todo para los que carecian de experiencia. Teodor era uno de ellos. Sus compañeros, Kepax, Helkin, y Yiltha, habian estado preparandose arduamente para ese momento. Pero Teodor, el mas joven, tenia casi un año de experiencia menos. Algunos dirian que tampoco era tanta diferencia, pero la prueba era algo totalmente distinto a los pequeños examenes de aceptacion que realizaban en las academias. El Gremio era la elite. Si no habias gastado hasta el ultimo dia entrenandote para ella, era una tonteria el intentarlo. Y, aun asi, los mayores habian decidido que Teodor estaria preparado
"Y un cuerno" Penso Kepax mientras acompañaba al resto fuera de los dormitorios. Antes de salir, dirigio una ultima mirada a sus compañeros, y se pregunto cuanto tardaria en despedirse de ellos, si es que conseguia ingresar en el gremio, o en unirse de nuevo a sus filas, si es que la fallaba...
En ese aspecto, Kepax lo tenia muy claro: El iba a intentarlo hasta que lo consiguiera. Daba igual cuantas veces fallara, no le importaba cuantos años tenian que pasar para ingresar en el gremio. Desde pequeñito habia tenido un sueño: Ser como esos misteriosos aventureros de los que todos hablaban con tanto respeto, y cruzar bosques, montañas, y llanuras combatiendo a los enemigos en nombre del imperio. Ahora sus sueños eran mas maduros, pero este dia se cumplirian todos. Ya que el mas importante era ese: Superar la dichosa prueba que tanto tiempo habia ansiado realizar. Una vez lo lograra, no tenia claro que deseaba hacer. Sus objetivos terminaban ahi. Suponia que acabaria realizando los encargos que le mandasen y divirtiendose en alguna taberna en sus ratos libres. Una vida como siempre habia deseado. Sin mas complicacion que la de como vencer al siguiente enemigo, o la de como sobrevivir al proximo encargo. Y en las venas del guerrero corria la adrenalina como la savia en un arbol. Podia desear algo mas???
-Nerviosos?-Pregunto Yiltha mientras jugueteaba con el mango de su pequeña daga, enfundada en su cadera
-Un poco, la verdad- Le respondio Helkin, mientras dirigia una mirada preocupada a Teodor, el cual, sin duda, destacaba por su palidez- Y estos comentarios son justo lo que necesitamos para conseguir calmarnos
Yiltha le dirigio una sonrisa, y luego le saco la lengua. Kepax rio disimuladamente, y luego se apresuro a añadir
-Tranquilos. No es tan dificil como lo pintan, o al menos eso me han dicho
-Me fio mas de esos estudiantes retorcidos que de tus fuentes- Solto Helkin mientras le dirigia una sonrisa de desafio a Kepax
Los cuatro compañeros caminaban por los pasillos de piedra, hacia la sala de espera. Ese dia no desayunarian. El dia de la prueba se realizaba en ayunas hasta que todos terminaban. Se vigilaba rigurosamente que ninguno de los aspirantes comiera nada. Hace unos años, un mago de tierra fue cogido llenandose el estomago en la despensa una hora antes, y fue eliminado de la prueba directamente, por lo que normalmente nadie se atrevia a intentar contradecir las normas. Al menos, que Kepax supiese. Aunque los rumores eran habituales en un lugar donde convivían veinticuatro horas al día unas veinte personas como mínimo, y solía oirse de todo
Cuando llegaron a su destino, Kepax no pudo evitar detenerse unos segundos. Ninguno de sus compañeros parecía atreverse a abrir la puerta, como si dentro hubiera algún dragón de leyenda esperando devorarles. El silencio reinó en el ambiente unos segundos, y, al final, Kepax tomó la iniciativa
-Vamos, chicos. Ahora, o nunca
Con lentitud, casi con ceremonia, empujó el picaporte y observó como las bisagras giraban lentamente. Delante de ellos se mostró un jardín de un tamaño respetable y de forma circular. El centro del gremio. El único punto de encuentro entre los estudiantes y aprendices de las distintas disciplinas que allí se impartían. Normalmente solía estar vacío a estas horas, pero, debido a la fecha señalada, ya se habían formado algunos grupillos de personas que cuchicheaban nerviosas. En medio del jardin, junto a la fuente tallada en piedra, que representaba a cuatro personas, cada una de ellas ataviada según las disciplinas del gremio (magos, guerreros, clérigos y estudiantes), un hombre observaba a Kepax y a sus compañeros con expresión indiferente. Antes de que estos reaccionaran, ya andaba en su dirección, y se plantó frente a ellos, repasandoles con la mirada con lentitud
-Para el exámen de guerreros, supongo
Los cuatro asintieron en silencio
-Dadme vuestros nombre- Continuó con voz monótona, como si todo el asunto le resultase mortalmente aburrido -Y Kepax no dudaba de que así fuera-
Uno a uno, los cuatro jovenes se fueron presentando. Cuando acabaron, el hombre apuntó varias cosas en un pergamino, y acto seguido se lo guardó en la túnica
-Podéis esperar aquí, mientras se prepara la prueba y llega el resto de aprendices. No arméis escándalo, la mayoría de vuestros compañeros aún duermen
Acto seguido se dió la vuelta y volvió junto a la estatua. Kepax se quedó unos instantes observandole, con los ojos entornados, pero luego se dio cuenta de que Yiltha le miraba de forma inquisitiva
- Eh... Eh??? -Murmuró, saliendo de su abstracción
-Te preguntaba si conocías a alguien
Kepax dió un repaso al jardín. Unos cuantos magos de aire, y alguno de agua, habían aprovechado para madrugar, y practicaban en silencio sus hechizos o murmuraban nerviosos junto con sus compañeros. Los estudiantes también habían madrugado, y parecía que estaban todos los que ese día se examinaban. A Kepax no le extrañaba: Los estudiantes eran bastante meticulosos y ordenados para su gusto. No sería de extrañar que tuvieran todo programado para ese día, incluida la celebración para los que aprobasen, y las palabras de consuelo para los que no pasarán la prueba, al mínimo detalle. Al igual que tampoco era muy extraño suponer que habrían sido los primeros en llegar, probablemente más de media hora antes de la prueba
-No demasiados. Ya sabes, conozco a alguna maga que otra- Kepax sonrió involuntariamente - Pero son todas un año o dos menores. No creo que ninguna este aquí
Yiltha se encogió de hombros, y comenzó a juguetear con un mechón de sus rizados cabellos. Teodor, a su lado, no dejaba de temblar
-Eh- Dijo Kepax acercandose a su pálido compañero -Que tal una pequeña pelea de prueba?
Teodor pareció palidecer aún más. Kepax había intentado animarle, pero parecía que el simple hecho de oir la palabra "pelea" le había puesto más nervioso. Helkin, riendose, le posó una mano encima del hombro a Kepax
-Déjale que se calme, si no, temblará tanto durante la prueba que parecerá estar a varios grados bajo cero. Yo combatiré contigo
Kepax soltó una carcajada
-Por favor, Helkin. Sabes que no durarías ni un asalto
Su compañero sonrio con malicia
-No me pareció tan arriesgado cuando luchastes el otro día contra Yiltha...
-Eh, eso no es justo- Dijo Kepax- Yiltha tenía ventaja. A quién se le ocurre realizar un combate sobre un suelo tan frágil? Ella pesa menos...
-Estoy seguro...-Respondió Helkin con una mueca burlona
Yiltha optó por ignorarles. Parecía pensar en otra cosa
De repente, una puerta se abrió, y varios jóvenes entraron en el jardín. Iban ataviados con ropajes blancos, y charlaban animadamente entre ellos. El organizador, al reparar en ellos, se acercó a su posición
-No sabía que los clérigos realizaban la prueba con nosotros- Comentó Yiltha, sin mudar su expresión
-De vez en cuando no hacen ni prueba. Ya sabes, es una división del gremio tan extraña como la de los estudiantes- Respondió Kepax -En fin... Donde nos habiamos quedado?
Cuando llegaron a su destino, Kepax no pudo evitar detenerse unos segundos. Ninguno de sus compañeros parecía atreverse a abrir la puerta, como si dentro hubiera algún dragón de leyenda esperando devorarles. El silencio reinó en el ambiente unos segundos, y, al final, Kepax tomó la iniciativa
-Vamos, chicos. Ahora, o nunca
Con lentitud, casi con ceremonia, empujó el picaporte y observó como las bisagras giraban lentamente. Delante de ellos se mostró un jardín de un tamaño respetable y de forma circular. El centro del gremio. El único punto de encuentro entre los estudiantes y aprendices de las distintas disciplinas que allí se impartían. Normalmente solía estar vacío a estas horas, pero, debido a la fecha señalada, ya se habían formado algunos grupillos de personas que cuchicheaban nerviosas. En medio del jardin, junto a la fuente tallada en piedra, que representaba a cuatro personas, cada una de ellas ataviada según las disciplinas del gremio (magos, guerreros, clérigos y estudiantes), un hombre observaba a Kepax y a sus compañeros con expresión indiferente. Antes de que estos reaccionaran, ya andaba en su dirección, y se plantó frente a ellos, repasandoles con la mirada con lentitud
-Para el exámen de guerreros, supongo
Los cuatro asintieron en silencio
-Dadme vuestros nombre- Continuó con voz monótona, como si todo el asunto le resultase mortalmente aburrido -Y Kepax no dudaba de que así fuera-
Uno a uno, los cuatro jovenes se fueron presentando. Cuando acabaron, el hombre apuntó varias cosas en un pergamino, y acto seguido se lo guardó en la túnica
-Podéis esperar aquí, mientras se prepara la prueba y llega el resto de aprendices. No arméis escándalo, la mayoría de vuestros compañeros aún duermen
Acto seguido se dió la vuelta y volvió junto a la estatua. Kepax se quedó unos instantes observandole, con los ojos entornados, pero luego se dio cuenta de que Yiltha le miraba de forma inquisitiva
- Eh... Eh??? -Murmuró, saliendo de su abstracción
-Te preguntaba si conocías a alguien
Kepax dió un repaso al jardín. Unos cuantos magos de aire, y alguno de agua, habían aprovechado para madrugar, y practicaban en silencio sus hechizos o murmuraban nerviosos junto con sus compañeros. Los estudiantes también habían madrugado, y parecía que estaban todos los que ese día se examinaban. A Kepax no le extrañaba: Los estudiantes eran bastante meticulosos y ordenados para su gusto. No sería de extrañar que tuvieran todo programado para ese día, incluida la celebración para los que aprobasen, y las palabras de consuelo para los que no pasarán la prueba, al mínimo detalle. Al igual que tampoco era muy extraño suponer que habrían sido los primeros en llegar, probablemente más de media hora antes de la prueba
-No demasiados. Ya sabes, conozco a alguna maga que otra- Kepax sonrió involuntariamente - Pero son todas un año o dos menores. No creo que ninguna este aquí
Yiltha se encogió de hombros, y comenzó a juguetear con un mechón de sus rizados cabellos. Teodor, a su lado, no dejaba de temblar
-Eh- Dijo Kepax acercandose a su pálido compañero -Que tal una pequeña pelea de prueba?
Teodor pareció palidecer aún más. Kepax había intentado animarle, pero parecía que el simple hecho de oir la palabra "pelea" le había puesto más nervioso. Helkin, riendose, le posó una mano encima del hombro a Kepax
-Déjale que se calme, si no, temblará tanto durante la prueba que parecerá estar a varios grados bajo cero. Yo combatiré contigo
Kepax soltó una carcajada
-Por favor, Helkin. Sabes que no durarías ni un asalto
Su compañero sonrio con malicia
-No me pareció tan arriesgado cuando luchastes el otro día contra Yiltha...
-Eh, eso no es justo- Dijo Kepax- Yiltha tenía ventaja. A quién se le ocurre realizar un combate sobre un suelo tan frágil? Ella pesa menos...
-Estoy seguro...-Respondió Helkin con una mueca burlona
Yiltha optó por ignorarles. Parecía pensar en otra cosa
De repente, una puerta se abrió, y varios jóvenes entraron en el jardín. Iban ataviados con ropajes blancos, y charlaban animadamente entre ellos. El organizador, al reparar en ellos, se acercó a su posición
-No sabía que los clérigos realizaban la prueba con nosotros- Comentó Yiltha, sin mudar su expresión
-De vez en cuando no hacen ni prueba. Ya sabes, es una división del gremio tan extraña como la de los estudiantes- Respondió Kepax -En fin... Donde nos habiamos quedado?